Señales de pensamiento mágico en niños pequeños

El pensamiento mágico en niños o adultos se refiere a un proceso psicológico en el que uno vincula una acción o evento con otra acción o evento que no tiene ninguna relación. Los psicólogos a veces conectan el folclore y las supersticiones con el pensamiento mágico porque estas tradiciones sugieren que las acciones que las personas toman conducen a ciertos resultados, incluso si ese resultado no está influenciado de ninguna manera por el primer evento. El dicho «pisa una grieta, rompe la espalda de tu madre» es un buen ejemplo de este tipo de pensamiento.

El pensamiento mágico es una etapa de desarrollo normal

Mientras que el pensamiento mágico se considera generalmente normal en los niños. En los adultos, el pensamiento mágico a veces se asocia con el trastorno obsesivo-compulsivo.

Los niños comienzan a practicar el pensamiento mágico durante los primeros años. Este tipo de pensamiento puede llevar a algunos niños a creer que una determinada acción que realicen influirá en el mundo que los rodea. Por ejemplo, un niño puede pensar que la comida solo sabe bien si se la come con una cuchara rosa o que agarrándose fuerte a su manta mantendrá alejados a los monstruos a la hora de acostarse.

Dado que los niños en esta etapa de desarrollo son egocéntricos, ya creen que sus acciones influyen directamente en los acontecimientos que les rodean.

El pensamiento mágico puede intensificar esta percepción. Su hijo puede pensar, por ejemplo, que girando en círculos hará que su programa de televisión favorito se encienda porque cuando dio vueltas en círculos una vez antes, el programa comenzó.

inconvenientes

El pensamiento mágico también puede hacer que los niños pequeños eviten ciertas situaciones o se resistan a nuevas rutinas. Si, por ejemplo, su niño pequeño, que por lo demás sabe ir al baño, se niega a usar el orinalito en la guardería, puede buscar indicios de que ha asociado el orinalito en la escuela con algo desagradable, aunque no haya una conexión racional entre los dos.

Puede ser muy difícil romper estas asociaciones en la mente de su hijo, ya que en realidad no es capaz de pensar racionalmente en la situación.Por lo tanto, es posible que deba esperar hasta que su hijo olvide la «regla» que imaginó entre los dos o hasta que pueda buscar formas de compromiso.

Los compromisos deben ofrecer una variable que no tiene por qué ajustarse a la regla mágica que el niño ha creado en su mente, como traer el orinalito de casa para usarlo en la guardería.

Contrarrestando el pensamiento

Si su hijo en edad preescolar se involucra en el pensamiento mágico, no debería ser motivo de gran preocupación. Considérelo como una etapa normal del desarrollo de los niños pequeños. Si los patrones de pensamiento del niño comenzaron a interferir con las rutinas (la hora de la comida, la hora de la escuela, la hora de acostarse), deberá idear algunas formas de contrarrestar ese pensamiento.

Por ejemplo, puede mostrarle al niño que cree que girando en círculos hará que su programa de televisión favorito suene, que el programa siempre se transmite los sábados al mediodía. También puede crear compromisos que le permitan al niño llevar a cabo las rutinas diarias a pesar de su pensamiento mágico.

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